Apólogos sobre la lectura
I Lao-tsu
Cap. 81 A. (He terminado. Quizás encontraréis mi discurso bastante rudo, poco sutil, apenas docto.) Y es que la franqueza espontánea no se disfraza, la rectitud natural no discute, el sentido común prescinde de la erudición artificial.
III Chuang-tsu
Cap. 13H. En el mundo actual, la moda son los libros (antologías de Confucio). Los libros no son más que palabras ensambladas. Las palabras traducen ideas. Ahora bien, las ideas verdaderas, derivan de un principio no sensible, y apenas pueden ser mejor expresadas en palabras que él. Las fórmulas que llenan los libros, no expresan sino ideas convencionales, las cuales responden poco o nada a la naturaleza de las cosas, a la verdad. Aquellos que conocen la naturaleza, no intentan expresarlo en palabras; y los que lo intentan, demuestran con ello que no la conocen. El vulgo se engaña buscando verdades en los libros; no contienen sino ideas engañosas.
Cap. 13 I. Un día, mientras el duque Hoan de Ts’i estaba leyendo, sentado en la sala superior, el carpintero Pien trabajaba haciendo una rueda en el patio. Súbitamente, dejando su martillo y su cincel, subió las escaleras, abordó al duque y le dijo:
Irritado, el duque le dijo:
(Continúa)